Definición
La palabra «Biblia», según su etimología, o sea, su origen lingüístico, quiere decir «libros», en número plural, y se refería a los varios escritos que se reconocían como inspirados en la Iglesia primitiva. Pero el instinto de los creyentes les enseñó que esta colección de «libros» era única y especial, y llegaron a anteponer a la palabra el artículo femenino «la», y hablaron de «la Biblia» en número singular. En efecto, la Biblia es una divina biblioteca, que incluye libros de una gran diversidad de autores, quienes redactaron sus obras durante un período de aproximadamente mil quinientos años; pero, a la vez, es UN LIBRO, ya que, en su totalidad, se discierne una unidad que se deriva del Plan de Dios, quien dirigía los trabajos de los autores humanos por el impulso superior de su Espíritu.
Su propósito
La Biblia recoge y conserva, en forma escrita, la revelación que Dios ha dado de sí mismo en la historia y en la Persona de Su Hijo, haciendo posible su transmisión de una generación a otra.
La Biblia es la historia de la redención del hombre, que se lleva a cabo por la operación de la gracia de Dios a su favor. Como consecuencia de lo antedicho: 1) no ha de considerarse como un libro científico, pues los hombres pueden investigar el mundo material por medios naturales; con todo, cuando la Biblia hace referencia a las obras de la naturaleza, el testimonio de la Palabra escrita no está en desacuerdo con los hechos de la ciencia. Las teorías humanas contradicen la Biblia con demasiada frecuencia, pero éstas pasan y la Palabra permanece. 2) Tampoco es un libro de historia en el sentido corriente de la palabra, ya que se interesa tan sólo en aquella parte de la actividad humana que tiene que ver con el plan de la redención.
Su composición
Los once primeros capítulos de la Biblia forman una grandiosa introducción a la historia del plan de la redención, que empieza a detallarse con el llamamiento de Abraham. No podríamos comprender lo demás de la Biblia sin esta introducción que abarca:
La formación y la preservación de Israel como instrumento de la revelación de Dios (Gn. 12 hasta el fin de Josué). El fracaso del testimonio nacional de Israel, que motivó, sin embargo, múltiples manifestaciones del carácter y de la obra de Dios, especialmente en los mensajes de los profetas (Jueces a Malaquías). La intervención de Dios en la Persona de Su Hijo (Mateo a Juan). El descenso del Espíritu Santo, la predicación del Evangelio y la formación de la Iglesia (Hechos).
La doctrina cristiana, o sea, el significado de la Persona y de la Obra de Cristo, explicada por medio de cartas a las iglesias (Romanos a Judas). La última crisis del mundo y la consumación de la obra de la redención (Apocalipsis).
Nótese cómo la primera creación y la pérdida del paraíso terrenal por el hombre se contrastan con la nueva creación y el paraíso recobrado para el hombre por la Obra del postrer Adán (Ap. caps. 21 y 22).
La interpretación de la Biblia.
Es fácil encontrar alimento espiritual en la Palabra, pero es muy difícil interpretar debida y exactamente todas las partes de la Biblia. Los grandes principios para tal interpretación se llaman la hermenéutica, y su aplicación a determinados pasajes se llama exégesis (poner en claro). Las normas más importantes son las siguientes:
Iglesia Cristiana
Misión Internacional Filadelfia
Dirección: Carrera 69 N° 73-84 - Sector Pilarica
Cuadra y media después del Parque Comercial Florida
Medellín, Colombia.